Este texto de hoy, llama la atención. Nunca hasta hoy había visto su significado oculto, y ha sucedido en medio de la práctica de zazen, curiosamente, como sucede cuando viene la respuesta de un koan. El evangelio no es un koan, no estoy diciendo que lo sea. Pero tiene ciertas similitudes, porque la letra oculta a veces el fondo. Si uno se queda en la forma, no percibe el sentido que esta encierra.Lectura del santo evangelio según san Lucas (19,1-10):
EN aquel tiempo, Jesús entró en Jericó e iba atravesando la ciudad.
En esto, un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de ver quién era Jesús, pero no lo lograba a causa del gentío, porque era pequeño de estatura. Corriendo más adelante, se subió a un sicomoro para verlo, porque tenía que pasar por allí.
Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y le dijo:
«Zaqueo, date prisa y baja, porque es necesario que hoy me quede en tu casa».
Él se dio prisa en bajar y lo recibió muy contento.
Al ver esto, todos murmuraban diciendo:
«Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador».
Pero Zaqueo, de pie, dijo al Señor:
«Mira, Señor, la mitad de mis bienes se la doy a los pobres; y si he defraudado a alguno, le restituyo cuatro veces más».
Jesús le dijo:
«Hoy ha sido la salvación de esta casa, pues también este es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido».
Este pasaje es muy conocido por todos los cristianos, y posiblemente sea un hecho histórico, pero si no lo fuese no por ello perdería fuerza. En realidad está dando una enseñanza sobre la práctica de la meditación, que los cristianos y el mismo Jesús llamaban oración. Pero es básicamente lo mismo. Veámoslo de cerca:
Zaqueo eres tú, y no ves a Jesús, que es tu verdadero yo. Es la naturaleza esencial. Cristo. Jesús. Y no la ves a causa del gentío: la multitud de cosas que te distraen. Lo que llamamos pensamientos, sí. Les llamamos pensamientos, cierto. Es un gentío en la mente.Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de ver quién era Jesús, pero no lo lograba a causa del gentío
Esto es meditar: subirse al árbol, por donde forzosamente va a pasar Jesús. Es una imagen fantástica. Fabulosa. Al meditar nos ponemos en el sitio desde donde podemos llegar a ver la naturaleza esencial, porque "va a pasar por allí". Ciertamente es un modo muy peculiar de decirlo. Subidos al árbol, esperamos. El gentío allí no nos molesta, y no tenemos que hacer nada más que estar allí atentos. Si nos durmiéramos, Jesús pasaría y no le veríamos. Paciencia. Ya pasará. Y efectivamente, pasa:se subió a un sicomoro para verlo, porque tenía que pasar por allí
Hoy me quedo en tu casa. Hoy, no para siempre. Hoy entro en tu casa. Tu casa es tu cuerpo, tu mente y tu espíritu. Jesús entra en tu casa. Eso es kensho. Satori.Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y le dijo:
«Zaqueo, date prisa y baja, porque es necesario que hoy me quede en tu casa».
Naturalmente. Es la casa de un pecador hasta que Jesús se hospeda. Cuando se hospeda, ya no es un pecador.«Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador».
Sí. Hoy la casa está salvada. No sabemos mañana, ni al otro. Hoy está salvada. No se si mucho o poco. Hay muchas clases de salvación, grande, mediana, pequeña... Si es salvación, ¿qué más dá? Hoy estoy salvado. ¡Que bién!Hoy ha sido la salvación de esta casa
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